La Leyenda en Escala: Un Viaje a Través de la Historia de Miniaturas Buby
La historia de BUBY es la de un destino marcado por la pasión automotriz y la audacia emprendedora en Argentina. Nacida en la mente de Haroldo “Buby” Mahler, la empresa no fue solo una fábrica de juguetes, sino un referente de la industria nacional desde 1957 hasta 1993.
I. Gesta y Nacimiento de una Pasión (1955 - 1957)
La travesía comenzó con una palabra: “TUTÚ” , el primer sonido que pronunció un joven Haroldo Mahler, dejando claro su destino ligado al automóvil. Como estudiante de Ingeniería, una simple búsqueda de un regalo lo llevó a cuestionarse: “¿Por qué no se fabricará un producto con calidad similar a los de producción europea…?”.
Con el apoyo de su profesor de ingeniería, nació la certeza de que era posible. El primer modelo elegido fue un elegante Buick Station Wagon modelo ‘57, y el elemento clave que garantizaría su éxito fue la invención de un sistema de suspensión que permitía un rodamiento excelente.
La marca, originalmente propuesta como TERRY, finalmente se registró bajo el apodo de Haroldo, sugerido por su padre Don Carlos: BUBY.
															
															II. Los Primeros Kilómetros y el Crecimiento (1957 - 1971)
El 27 de noviembre de 1957, Haroldo salió con su maletín y seis opciones de color, iniciando su recorrida comercial. Tras un comienzo lento, el encuentro crucial con Serafín Otero, gerente de la juguetería Santa Claus, le abrió las puertas del mercado con un pedido importante y una lista de contactos clave.
Expansión y Fama
La empresa creció rápidamente, con un primer equipo de trabajo que compartía el entusiasmo de su fundador. En 1960, la actividad se formalizó como Miniaturas BUBY S.C.A.
Reconocimiento Industrial
La revista automovilística Corsa publicó un artículo titulado “BUBY, 1000 POR DIA”, que ayudó a popularizar la marca.
Alianzas Estratégicas
La popularidad y calidad de las réplicas atrajo a las terminales automotrices. La visita de un gerente de Fiat marcó el inicio de la producción de una serie de modelos exclusivos como el Fiat 1500. Más tarde, se sumarían réplicas para IKA–Renault, Peugeot y General Motors.
Desafío y Visión
A pesar de los problemas de espacio, Haroldo concretó la construcción de dos naves prefabricadas y, posteriormente, la adquisición de una planta industrial en Villa General Belgrano (Córdoba), impulsado por el deseo de integrar la producción y desarrollar la línea de modelos más pequeños (Mini-Buby).
															
															
															
															III. La Carrera Final y el Legado (1981 - 1993)
Tras el turbulento final de los años 70 y la pérdida de su padre Don Carlos , Haroldo reinició la producción en Don Torcuato bajo la razón social VIM S.A.. La nueva etapa se centró en la popular escala 1:64 (Mini-Buby) y logró picos de producción de hasta 10.000 unidades diarias al instalar una línea de pintura automática y turnos nocturnos.
															
															Reconocimiento Mundial
Ante los problemas de la economía local, Haroldo apostó al mercado internacional. Nació la línea de alta gama “Collector’s Classics” , enfocada en réplicas detalladas de “Pace Cars” de Indianápolis, vendidas en series limitadas certificadas.
Competencia Internacional
Con el Chevrolet 1955 como primer modelo, Buby compitió y ganó aceptación en la prestigiosa Feria del Juguete de Núremberg, Alemania.
El Cierre Inevitable
Pese a la calidad y el éxito internacional, la alta inflación y la nueva paridad cambiaria de 1 a 1 impuesta por el gobierno de Menem hicieron que los costos de producción se dispararan, sacando a Buby de la competitividad en 1993. Miniaturas Buby cerró definitivamente, sin embargo, la marca trascendió el cierre: hoy, la pregunta ¿Quién no habrá jugado alguna vez con un autito Buby? El cariño de coleccionistas en Argentina y el mundo demuestran que el legado del “Garaje del Tiempo” sigue vivo.
															
															
															
															
															